martes, 1 de junio de 2010

Mi habitación...

Cómo muchos, comienzas el día buscando lo mejor; abres los ojos, buscas el reloj te regocijas con saber que despertaste 30 minutos más temprano de lo que debiste despertar, así que cierras los ojos y disfrutas el sentimiento de no estar apurado, sientes paz, te sientes bien, y cuando decides pararte para prepararte con toda la intención del mundo pones tu pie derecho primero sobre el suelo, no quieres tentar al destino con eso de "te levantaste con el pie equivocado", y así sigues, te bañas, te vistes, y te arreglas para conseguir en la mesa tu desayuno favorito, un desayuno inglés, nada saludable, pero una vez cada cierto tiempo no representa gran riesgo, mucho menos sentimiento de culpa, todo es perfecto hasta el instante que abres la puerta de tu casa y te das cuenta que nada cambió en la noche, el mundo, sigue siendo mundo.

Y es que alguna vez creíste que ese sentimiento de rebeldía te llevaría a algún lado, creíste que con un poco de terquedad cambiarías al mundo. O peor, construiste tu propio mundo, tu propia familia, tu propia idea de perfección.

La vida es perfecta dentro de tu burbuja, lo que jode es el mundo exterior. Y es que en nuestras habitaciones, podemos ser quien queramos, desde una estrella de rock hasta el más grande matemático de la historia, en nuestras camas somos quienes de verdad somos, nadie nos conoce más, nadie ni nada puede decir que es más cercano a ti.

Sabes ese momento, donde no estás dormido, pero tampoco despierto? ese momento cuando todo parece posible, la realidad y tus fantasías se unen, y de pronto eres feliz, ahí, en tu habitación, sobre tu cama, sin moverte, dejando que tu escencia se libere.

Es aquí, donde cada mañana puedes decir "Hola mundo".

Y pensando un poco, seré optimista, nada de ataques de pánico está noche, nada de quejaderas, dramas, chilladeras, o estupideces; mañana el mundo real será mi habitación, mañana no me tumbarán, nadie puede ser un peor jurado que mi destino si no me atrevo, nada puede herirme dentro de mi habitación.

El mundo, es mi habitación, y dormiré muy pronto, en una cama de optimismo y logros...