lunes, 16 de enero de 2012

Gastados.

Las interacciones sociales me cansan, me he dado cuenta de ello, yo mismo me he estado dirigiendo, ciñiendo en la soledad cómo si fuera un hermitaño.

Lo sé, poerque siempre he tenido pocos amigos, solamente los justos, los que de verdad quiero tener y considero, por alguna razón, un amigo verdadero, a los demás siempre les he dado un trato indiferente, de conocidos.

Creo que el asunto nació allí...

Siempre he sido honesto, e incluso abierto en el asunto, puedo conocer muchas personas, pero pocas llegarán a ser amigos, mi personalidad siempre me ha hecho mirar con indiferencia a las personas, a las modas, a los intereses, y a todas las situaciones que puedan desembocar en esas relaciones interpersonales de "conocidos". Siempre le dí más importancia a los amigos de verdad, a ese grupo de personas con el cual me siento cómodo, y sé que ellos harían cualquier cosa por mi, y yo por ellos.

Pero últimamente, me cansa incluso buscar puntos en los coincidamos, verán a pesar de todo siempre he pensado en mi grupo de amigos cómo un todo, un grupo que se complemente, hay variedad, hay diferencias suficientes cómo para mantenerlos interesantes.

Y esa es la palabra, esa es la virtud que se necesita, o -mejor dicho- yo necesito para no cansarme, encontrar algo interesante en la otra persona, pero nunca he sido bueno para las primeras impresiones, y mucho menos para romper el hielo, y honestamente incluso pensar en el asunto, en qué decir, en cómo actuar, en cómo mantener la conversación viva con alguien que empiezas a conocer me hace poner mala cara, así que he optado por la solución más fácil, y a la vez la que siempre dije -en broma- que tomaría; Optar por la vida de hermitaño.

Y es que cada vez salgo menos con amigos, sigo saliendo, pero cada vez menos con personas, simplemente ya no me parecen lo suficientemente interesantes, tal vez es cuestión de lo que antes escribí por aquí, me cansé de la monotonía, o simplemente me volví aburrido.

Y aunque no lo sé con certeza, sé que gran parte de la culpa es mia, sé que traiciono la amistad con algo tan egoista cómo alegar que mis amigos, mis amigos de verdad están demasiado centrados en sus cosas cómo para tener algo bueno que decir, o al menos una frase que me haga reir.

Tal vez sea una etapa, cómo lo han sido muchas de las cosas por las que he pasado, y necesite sólo más tiempo de hermitaño, sin salir los fines de semana, de ver más películas, y series de TV, de semanas de trabajo completo para que me de cuenta, que mis amigos, esa gente a la que siempre he tenido en un circulo aparte, sigue valiendo la pena.

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